
Desde que se convirtió en el guionista regular de la Patrulla X, Chris Claremont se había propuesto sacar la serie de su “centro de acción natural”. Combatir mutantes malvados estaba bien, pero se le quedaba un poco pequeño para desarrollar las historias complejas y variadas que a él le apetecían. Otros lo habían intentado con anterioridad intoduciendo los robots gigantes de los Centinelas (más propios de la tecnológica Iron Man) o la introducción de la Tierra Salvaje (el reducto antártico de clima tropical en el que aún perduraban los dinosaurios), pero él quería que la variedad fuera lo normal en la colección y no la excepción. Este cambio de mentalidad llevó a los X-Men a enfrentarse a extraterrestres (los Shi’ar), ninjas, grupos de héroes extranjeros (Alpha Flight o Fuego Solar) y a cualquier villano sin importar cuáles eran sus archienemigos (el Doctor Muerte, por ejemplo). Y como buen inglés aficionado al Doctor Who, los viajes en el tiempo no iban a tardar en llegar.

La historia de “Días de Futuro Pasado” era, en realidad, bastante sencilla. La conciencia de Kitty de un futuro lejano viajaría hasta el cuerpo de la joven y advertiría a los X-Men de que una nueva Hermandad de Mutantes Diabólicos trataría de asesinar al senador Robert Kelly, político anti-mutante que abogaba por aprobar un Acta de Control Mutante. Si lo conseguía, los mutantes serían cazados y recluídos en campos de concentración.


También los temas recurrentes del Acta de Control Mutante y los campos de concentración (de mutantes en la mayoría de casos y de humanos en la Era de Apocalipsis) nacieron allí, derivando a lo largo de los años en variantes como Genosha (la nación esclavista que usaba mutantes como esclavos) o el Acta de Registro que desató la guerra civil entre superhéroes.


En definitiva que aunque el argumento puede que ya no parezca nada especial, después de haberlo visto un millón de veces de las más diversas formas, lo que es innegable es que “Días de Futuro Pasado” es, junto con la “Saga de Fénix Oscura”, la historia más influyente de los X-Men y que su estela sigue visible 33 años después de su publicación.
Y por hoy, nada más. Momentáneos saludos a todos.