Acabado (por fin) el mega-ultra-crossover de te cagas por las bragas, ya se puede hacer una valoración en general. Lo primero que hay que decir es que en la serie principal su guionista Jonathan Hickman ha conseguido crear una historia interesante y muchísimo mejor que lo que nos había ofrecido Marvel en sus últimas grandes sagas... lo que no es decir mucho teniendo en cuenta que hemos tenido que sufrir argumentos tan “complejos” como los de Axis (malos que se vuelven buenos para jugar con la posibilidad de que Dientes de Sable fuera el nuevo Lobezno), el Vórtice Negro (buenos que se hacen ultrapoderosos a cambio de su libre albedrío, aunque en realidad luego da lo mismo porque queremos dejarle las alas molonas al Ángel) o Pecado Original (sacamos un par de secretillos chorras para poder emparentar a Ángela con Thor y, de paso, cambiar a este por una chica).
Vale, el concepto tiene algunos fallos como por qué el Doctor Muerte iba a molestarse en salvar quince versiones alternativas de Lobezno (que nunca le ha caído muy allá) o por qué a nadie se sorprende lo más mínimo al encon-trarse con personas repetidas (por ejemplo, en Inferno tienen un Doctor Extraño, pero también conocen al Doctor Extraño que es sheriff de Muerte) o por qué Muerte deja que sus barones conquisten otros reinos cuando para hacer eso tienen que (obviamente) saltarse la regla de no pasar a otro reino o por qué en Westchester hablan de Genosha si en su cacho de mundo no hay una Genosha o por qué el barón Kelly promueve políticas tan distintas en los reinos que controla... y así podíamos seguir un rato. Aunque el fallo más gordo para mi gusto es todo lo que ocurre con Cíclope al principio de la serie. En serio ¿a qué venía eso? Nunca he sido muy fan de Scott Summers, pero sus escenas en esta serie tienen tan poca coherencia que pensaba que era un Cíclope alternativo.
En cualquier caso, quitando esas cosas, la serie es aceptable y se deja leer, aunque no llega la nivel de enrevesamiento de otras obras de Hickman como Shield.
Eso la serie principal. El resto, no ha estado tan bien.
Cuando Marvel empezó a hablar de Secret Wars, dijo que iba a seguir el modelo de la Era de Apocalipsis: todas las series acabarían y serían sustituidas por sus versiones alternativas. Y sí, eso es lo que ha hecho, salvo por el pequeño detalle de que ninguna de esas colecciones influye lo más mínimo en el devenir de la serie principal (salvo Asedio, que es la excepción que confirma la regla). Qué digo influir, es que ni siquiera tocan ni de refilón los acontecimientos de la serie principal. Durante la Era de Apocalipsis había algunas colecciones que quedaban algo alejadas del argumento (Próxima Generación, por ejemplo), pero la mayoría giraban en torno a la aparición de Bishop o la búsqueda del cristal M'Kraan.
Pero aquí lo que ha pasado es que Marvel nos ha ofrecido una estupenda colección de quincientos "What if...?" (la mítica serie en la que se mostraba lo que podría ocurrir si, por ejemplo, Spiderman se quedara con el traje negro o los 4F tuvieran los mismos poderes) inconexos en los que, además, en todos ocurre lo mismo: el mundo está muy mal, hay una gran batalla y la mitad de los protagonistas (que en todos los mundos son, más o menos, los mismos) se mueren. No digo que sean malas miniseries, pero cuando te lees en el mismo mes que Kaos ataca a la Patrulla X para salvar Genosha y que Coloso ataca a su hermana para salvar Nueva York y que Kitty ataca a Centinelas para salvar a su hija de los campos de concentración... se nota que la originalidad y el riesgo no es lo que ha primado entre los guionistas. Bueno, salvo para pasarte por el forro los argumentos previos, como Fabian Nicieza en la Era de Apocalipsis que ya advirtió que iba a hacer lo que no le dejaron hacer en los 90 (lo que incluye que buenos de entonces son ahora malos y cosas por el estilo). Claro que a nadie debería sorprenderle porque no es la primera vez que se olvida de argumentos previos y hace lo que le sale de los mismísimos (ya hablaremos de X-Force y Fuego Reinante otro día).
Sorprendentemente, una de las series que han acabado siendo más llamativas es la que menos papeletas tenía para sorprender. X-Men 92 con su revisión de la serie de animación no solo consiguió mover las carteras y el corazoncito de los que vimos los dibujos en la televisión, también ha sido de los pocos títulos que se han separado de la plantilla general que han seguido los demás y ha desarrollado un poco sus personajes, además de lograr una historia bastante chula. Vale, tampoco es el colmo de la creatividad, pero al menos es graciosa. Nada comparable con la magnifiquísima Giant-Size Little Marvel: AvX del siempre estupendo Skottie Young.
Así que, en general, la serie principal no ha estado mal, las miniseries habrían estado mejor de una en una con un “What if... ?” en la portada para que sepamos qué compramos, el evento ha sido el mayor sacacuartos que se ha montado Marvel en su historia, las consecuencias han sido tan ridículas como se esperaban y la edición en España ha sido un auténtico desastre. Panini, así no hay quien se entere. Y, por hoy, nada más. Actualizosos saludos a todos.