Decía el otro día que Laura se convirtió en un estorbo para los planes de la editorial. Resultó que Marvel quería lanzar Cisma, una Civil War con mutantes en la que Cíclope y Lobezno se enfrentaban por el papel que los jóvenes desarrollaban en los combates. Contra todo pronóstico, Logan era el defensor de la seguridad de los más pequeños y claro, eso no podía compaginarse con seguir teniendo a X-23 en X-Force asesinando malos. Así que se buscó para ella un lugar cerca de los Vengadores, para que la niña pudiera brillar siendo la única con garras del lugar y ganar seguidores que no solieran leer series mutantes. Como bien sabe Lobezno, para convertirse en una superestrella, hay que tener fas en todos los puertos posibles.
A partir de ese momento, la vida de Laura quedaría más ligada a los Vengatas que a sus hermanos mutantes. Primero en Academia Vengadores se unió a todos los jóvenes de los Ven-gadores (salvo los Jóvenes Vengadores, cosas de la vida). Luego participó durante Miedo Encarnado en The Chosen (supongo que se llamarían Los Elegidos en español, pero no lo sé), el enésimo proyecto de grupo juvenil junto con el nuevo Power Man, Amadeo Cho, Spidergirl y la versión infantil de Thor (Thunderstrike). Y cuando eso no fructificó, fue una de las elegidas por Arcade para reversionar en su nuevo Mundo Asesino la película de Battle Royal como se vio en la colección Vengadores: Arena, donde los jovenzuelos de Marvel debían asesinarse entre ellos para poder sobrevivir.
Mientras esto ocurría, Laura participaba a su vez en otro proyecto de la editorial: convertir a Lobezno en una franquicia en sí mismo. En Marvel debían pensar que si Robin, Catwoman, Red Robin, Batgirl, Batwoman, Nightwing o Red Robin habían conseguido tener series en solitario duraderas y exitosas al amparo de Batman, los retoños de Logan también podrían lograrlo. Pero se equivocaban. Tanto la serie de X-23 como la de Daken (el hijo de Lobezno), acabaron canceladas y el sueño de una nueva franquicia de gente con garras, tuvo que ser aparcado (de momento).
Por supuesto, Laura se volvió a levantar triunfante de este último revés gracias al guionista Brian Michael Bendis. Resultó que (según dicen las malas lenguas) para evitar conflictos en la franquicia, la editorial decidió que las dos colecciones de Bendis (Imposible y Nueva Patrulla X) se quedaran en el bando de Cíclope, dejando a los seguidores de Lobezno bajo el mando (por un breve periodo, al menos) de Jason Aaron. Así Bendis se quedó sin poder usar a Logan, del que es un fan declarado desde que lo incluyó en la alineación de sus Nuevos Vengadores. Pero la pena no le duró mucho porque ahí estaba Laura, un clon del canadiense con más garras, aún más problemas de actitud y abierta a muchas más posibilidades. Sin ir más lejos, Lobezno nunca se hubiera liado con Cíclope (ni siquiera con su versión joven), en cambio Laura lo podía hacer tranquilamente. Y con el Ángel también.
Y así, no solo Bendis obtuvo un Lobezno para unirlo a su Patrulla X original (lo siguiente, supongo, será meter a la hija de Tormenta), también Laura volvió al Olimpo mutante, formando parte del elenco de la segunda colección mutante más importante de estos momentos. No todos los X-Men pueden presumir de haber logrado algo así, sobre todo con una historia tan convulsa como la de X-23.
Y si alguien todavía duda de que Marvel está favoreciendo a la chica para convertirla en una superestrella mutante, sólo hay que echar un vistazo al juego on-line Marvel Heroes, donde personajes tan impor-tantes como el Halcón, Hulka, Spiderwoman o Kaos se tienen que conformar con aparecer como acompañantes no jugables. Otros pobres tan solo han conseguido ser un “traje” de otro héroe (como la Araña Escarlata de Spiderman). Y algunos del renombre del Hombre de Hielo o la Bestia ni siquiera aparecen. Pues bien, en este juego X-23 ha conseguido un personaje propio contra todo pronóstico.
Lo que está claro es que en la vida de Laura está por llegar. Puede que su gran oportunidad llegue ahora, cuando Lobezno... bueno, supongo que a estas alturas ya lo sabe todo el mundo, pero de momento me callaré. Y hasta entonces, superestrellados saludos a todos.
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