Terminaba el artículo anterior (este) anunciando que algo que ocurriría en la colección de Lobezno podría suponer la gran oportunidad para X-23. Evidente-mente, ese evento misterioso era que Logan moría y la gran oportunidad a la que me refería era que Laura ocupase su puesto como la nueva Lobezno (Lobezna, en realidad). Y no me equi-vocaba. Claro que no tengo ningún mérito, porque se veía venir a la legua. Para empezar, porque Marvel se ha dado cuenta de que la diversidad vende y ,en lugar de hacer lo de siempre (introducir un personaje pequeño del que luego se olvidarán), ha decidido cambiar a sus primeros espadas por perfiles alejados del cliché de hombre-blanco-americano-heterosexual-guapo-cristiano. De los seis prin-cipales personajes, ya han cambiado a Thor y al Capi (y a Spiderman, aunque fuera en Ultimate) y sólo era cuestión de tiempo que le tocase a Lobezno (quedan Masacre y Iron Man).
Además, nombrar a Laura como Lobezno no deja de ser el enésimo intento obsesivo de la editorial de conseguir que una serie de un personaje joven, mujer, sidekick (es decir, compañeros como Robin) y/o mutante en solitario triunfe.
Y, por si estas razones no fueran suficientes, ya demostré en los artículos anteriores que alguien de la editorial está empeñado en convertir a Laura en una superestrella. Hace unos años podría haber sido Joe Quesada (que fue el que llevó a X-23 de la televisión al cómic en NYX) porque era el editor en jefe de Marvel, pero hace tiempo que dejó el cargo, así que no sé quién puede tener a la chica tanto cariño.
Marvel puede ser muchas cosas, pero impredecible no es una de ellas... o sí, porque al mismo tiempo que ha encumbrado a su pupila preferida, ha condenado su colección en uno de los giros comerciales más extraños vistos en tiempos. Como ya he mencionado, en la editorial tienen una obsesión por conseguir que triunfen las colecciones juveniles, las de mujeres, las de mutantes en solitario y las que impli-quen a sidekicks que les permita crear nuevas franquicias como la que tiene Batman (del que cuelgan Robin, Batgirl, Nightwing, Aves de Presa, Catwoman y un sinfín de títulos más o menos variables). Pero, por más que lo intentan, no hay manera de que triunfen ninguna de las opciones. Tormenta, Cíclope, Gambito, los Jóvenes X-Men, Generación Hope, Daken, Pícara... nada acaba de cuajar. Sí, hay excepciones como Cable, Masacre o Hulka, pero son los menos. Últimamente, las esperanzas estaban concentradas en Spider Gwen y Ms. Marvel, ambas con críticas estupendas. Y, al parecer, la siguiente pieza del puzle parecía ser X-23, que cimentaría su éxito editorial en heredar los lectores de Lobezno... ¡anda! ¿pero qué me dices? ¿que traspasan a Old Man Logan al universo principal? ¿que los antiguos lectores de Lobezno van a poder disfrutar de una colección en la que sale una de las mejores versiones de Lobezno que han conocido nunca y no van a tener que leer la de Laura para tener su dosis de garras y adamantium? Pues nada, adiós lectores fijos. Seguro que esta vez es diferente a los dos anteriores y no tienen que cancelar el título por falta de ventas. Seguro, seguro, seguro. De momento, en España, Panini no parece tener tanta confianza en Laura como en los USA y ha decidido sacar la colección en tomo. Chicos listos. Por mucho que se llame “Nueva Lobezna”, no deja de ser una serie de una mujer, joven, sidekick y mutante en solitario. Eso son cuatro maldiciones en una y, aunque Marvel siga empeñado en transformar a X-23 en una super-estrella, quizás está esperando demasiado de ella.
Pero eso ya lo veremos en la próxima entrega. Hasta entonces, superestrellados saludos a todos.
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