Seguimos repasando los hijos de otras dimensiones de los héroes de la Patrulla X.
- X-Man: Durante la realidad alternativa de Era de Apocalipsis, Mister Siniestro pudo conseguir su sueño de crear el mutante perfecto. En la Tierra 616 Jean Grey (o la que se suponía que era Jean Grey, que en realidad era la Fuerza Fénix con su aspecto) estaba había muerto, pero en la Era de Apocalipsis pudo hacerse con sus células y mezclarlas con las de Cíclope (la reproducción tradicional no estaba a su alcance porque Scott era de los malos). El niño tampoco fue infectado con ningún virus tecno-orgánico (como sí le ocurrió a Cable), así que cuando Nate Grey creció tuvo a su disposición toda su enorme gama de poderes sin ningún tipo de impedimento. Cuando la realidad regresó a la normalidad, X-Man fue uno de los personajes de la Era de Apocalipsis que llegaron a la Tierra 616. Aquí vivió sus propias aventuras en solitario hasta que se cansó y decidió dispersar sus átomos por la Tierra (hay que reconocer que es una de las formas más originales de cancelar una colección). Sin embargo, de alguna forma volvió a reunificarse para que Norman Osborn le capturara durante el asalto a San Francisco de sus X-Men Oscuros. Una vez liberado, pasó a integrar la última encarnación de los Nuevos Mutantes. Pero esta vez tampoco tuvo suerte y, tras la caída de Utopía, volvió a quedarse sin serie. Desde entonces, nadie ha vuelto a saber de él.
- Ruby Summers: Bishop había hablado mil veces de la Revolución Summers, el alzamiento mutante de su tiempo que liberó de la opresión de los Centinelas a los de su especie. Curiosamente, a pesar de los muchos cómics dedicados a realidades paralelas, nadie se había atrevido a contar lo que ocurrió en ese futuro alternativo. Hasta que llegó Peter David y envió a Layla Miller al futuro. Allí, entre los rebeldes, la joven “que sabía cosas” conoció a Ruby Summers, una chica de piel roja que había heredado sus poderes de sus progenitores. De su padre (Cíclope, el líder de la revelión) tenía su capacidad para lanzar rayos de fuerza por los ojos. Y de su madre, la maravillosa Emma Frost, heredó la capacidad para transmutar su cuerpo en diamante. No se sabe mucho más de ella porque, a diferencia del resto de hijos trandimensionales de esta lista, ella no se pasó por la Tierra 616.
Y, por hoy, ya está bien. Transdimensionales saludos a todos.
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